Wout Poels trepó los Alpes

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El neerlandés Wout Poels (Bahrain Victorious) ganó a la heroica la segunda etapa en los Alpes, disputada entre Les Gets y Saint-Gervais Mont-Blanc, de 179 km, en la que mantuvo el maillot amarillo el danés Jonas Vinggaard y el español Carlos Rodriguez el tercer puesto del podio.

 

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Inmenso el veterano Poels (Venray, 35 años), quien empezó entrando en la amplia fuga del día y terminó brazos en alto en la cima de Saint Gervais Mont Blanc estrenando su palmarés en el Tour, merced a un ataque en los 10 últimos km que hizo inútil la persecución de sus rivales.

 

 

 

Poels, quien anotó la segunda victoria para el Bahrain después de la firmada por Pello Bilbao en Issoire, entró en meta, con el «Monte Blanco» ante su vista, con un tiempo de 4h.40.45, a una media de 38,5 km/h. Superó en 2.08 minutos a Van Aert, en 3 a Mathieu Burgaudeau y en 3.14 a Mikel Landa, los siguientes en entrar.

 

 

 

 

Por vez primera en lo que va de Tour, el danés Jonas Vingegaard y el esloveno Tadej Pogacar firmaron tablas en una etapa que invitaba a la pelea. Entraron casi de la mano, mansos como nunca, tras haber constado que las fuerzas son tan parejas que todo invita a pensar en una general de segundos. Es cierto que el esloveno, que está 10 segundos por debajo en la general, trató de golpear a su rival en el último kilómetro del ascenso a les Bettex, la cima de primera categoría que mira de reojo al Mont Blanc.

 

 

 

Pero el maillot amarillo respondió con agilidad, como un lince se puso a rueda de su rival y por momentos incluso pareció que le tenía a su merced, pero solo aceleró en el «sprint» final, antes de frenarse en un gesto de condescendencia. Vingegaard y Pogacar se han golpeado cada día y las escaramuzas han tenido siempre alguna consecuencia en la general, bien en segundos reales, bien en bonificaciones. Pero esta vez, firmaron sus primeras tablas. «Nos estamos vigilando todo el tiempo, por mi parte solo pienso en estar a su lado, es mi objetivo (…) Hoy me encontraba bien, quizá debía atacar, pero estamos en una suerte de juego de póker de farol entre ambos», aseguró el danés. «Es difícil dejarle, está muy fuerte, pero voy a seguir intentándolo», aseguró el esloveno.

 

 

 

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Los dos ciclistas parecieron conformes con llegar a la última semana en esas circunstancias, separados por 10 segundos y con tres etapas clave que ambos creen que pueden decantarse de su lado. Pogacar, que se ha mostrado más ofensivo, aseguró que a estas alturas del Tour, antes de la decisiva tercera semana, esperaba estar más atrás en la general, mientras que Vingegaard cree que llevar el amarillo le coloca en una situación envidiable.

 

 

 

 

El esloveno confía en la contrarreloj que, dijo, «se adapta» a sus características, y en el ascenso al col de la Loze, «uno de los más duros del mundo». El danés, teóricamente en desventaja en la lucha contra el crono, cree que la del martes próximo puede caer de su lado porque «no te deja coger ritmo», algo que a él le va bien. Serán 22,4 kilómetros escarpados, con una subida final a Domarcy, de segunda categoría, donde ya no podrán tenerse a rueda.

 

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En medio de los Alpes, esa etapa marcará de forma real las fuerzas de cada uno. Ya no podrán jugar al póker como vienen haciendo desde que comenzó el Tour, cuando no han parado de golpearse. El esloveno, que llegaba con dudas por su lesión de muñeca, dio los primeros zarpazos en forma de bonificaciones, pero el golpe más fuerte se lo asestó Vingegaard en los Pirineos, cuando le aventajó en 64 segundos en Laruns. Pogacar comenzó a arañar tiempo desde el día siguiente, 28 segundos en Cauterets, y siguió en cada ocasión que la carretera se le puso propicia. Otros 8 en el Puy de Dôme y 8 más en el Grand Colombier, para dejar la general a 9 segundos.

 

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El primer asalto alpino solo cambió un segundo, a favor del danés, gracias a las bonificaciones. El Tour afronta la última semana soñada, con una distancia diminuta y mucho terreno para atacar. La rivalidad entre Vingegaard y Pogacar va camino de convertirse en histórica y de reavivar un deporte que necesita pelea para ganar en interés.P

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