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Retirada del circuito hace poco más de una temporada, con 43 años, Serena una referente indiscutida, con un palmarés de 73 títulos, 23 de Grand Slam (ganó los cuatro en singles y también en dobles, con su hermana Venus), tres medallas de oro olímpicas, y muchos otros logros que la convirtieron en la tenista más trascendente del circuito femenino en el siglo XXI.
Serena era una de las pocas estrellas del mundo de las raquetas que aún no se habían referido sobre el caso de dopaje positivo de Jannik Sinner, el número 1 del mundo, sancionado con tres meses de sanción que se cumplirán el 4 de mayo próximo, por un positivo de clostebol, un esteroide anabólico, en lo que fue considerado una contaminación accidental por parte de la ATP.
Serena fue transparente con su explicación. “Me han menospreciado mucho que no quiero ser yo la menosprecie a nadie. El circuito masculino lo necesita. Pero, si yo hubiera hecho eso, me habrían dado 20 años. Seamos honestos. Me habrían quitado Grand Slams“. Y destacó que en su época como jugadora tenía mucho cuidado con lo que ingería, y que no tomaba nada más que un Advil (ibuprofeno), por miedo a tomar algo que pudiera causarle problemas. Un escándalo con drogas para mejorar el rendimiento “me hubiera llevado a la cárcel. Te hubieras enterado de eso aunque estuvieras en otro multiverso”, dijo entre risas.
La menor de las hermanas Williams también habló de una situación similar que vivió la rusa Maria Sharapova, suspendida en 2016 por 15 meses por una situación similar a la de Sinner, aun cuando las entidades que gobiernan el tenis también entendieron que había sido un positivo sin intención. “De manera extraña y rara, no pude evitar pensar en María todo este tiempo. No puedo evitar sentir pena por ella”, remarcó Serena.
La ex número 1 también habló de su vida sin el tenis. “Lo extraño mucho, de todo corazón. Lo echo de menos porque estoy saludable. Si no pudiera caminar, o si no estuviera en forma, no lo extrañaría tanto de menos. Creo que estoy en buena forma porque no me pasé de la raya”, expresó. Pero de inmediato recordó: “Una razón por la que tuve que retirarme fue porque quería tener más hijos. Y miro a Adira -su segunda hija- y pienso: ‘¿Valió la pena?’. Literalmente pensé en es el otro día. Y me dije: ‘Sí, definitivamente valió la pena’. No puedo separarme de ellas”. Adira nació menos de un año después de su último partido, una derrota ante Ajla Tomljanovic en el US Open 2022; la mayor es Olympia, de 7 años, ambas de su matrimonio con el empresario Alexis Ohanian.
“Le he dedicado toda mi vida al tenis. Y con gusto le dedicaría dos años más si tuviera tiempo. Pero es bueno hacer algo diferente. Estoy contenta”. La estadounidense nunca pronunció la palabra “retiro”. Hace unas semanas, cuando murió el ex boxeador George Foreman, Serena contó que pensó en volver a las raquetas: “Él fue campeón del mundo a los 45 años”. Pero no avanzó.
Por último, Serena se refirió a su participación en el show del entretiempo del Super Bowl, hace un par de meses, cuando bailó durante el show del rapero Kendrick Lamar, lo que muchos vieron como un desafío a Drake, rival de Lamar. “Para nada lo hice en contra de Drake, nunca haría algo así. Es triste que alguien pueda pensar así. Obviamente lo entiendo, pero no, en absoluto. Nunca tuve sentimientos negativos hacia él. Lo conozco desde hace tantos años”.
Alejada del tenis, Serena Williams es ahora una empresaria como integrante del grupo de propietarios de Toronto Tempo, un nuevo equipo de la WNBA, la liga estadounidense femenina de básquetbol que empezará a participar en 2026. Su empresa, Serena Ventures, recaudó más de 100 millones de dólares de capital externo, lo que le permitió realizar invertir en más de 30 emprendimientos desde 2021.