Solana Sierra, revelación en Wimbledon

La tenista argentina nunca había ganado un partido de un torneo del Grand Slam antes de llegar a Wimbledon, y tras perder en la última ronda de la fase de clasificación, parecía que la espera continuaría.

Sin embargo, menos de una semana después, gracias al retiro de otra jugadora, se ha convertido en la primera argentina en alcanzar la tercera ronda en el All England Club desde Gisela Dulko en 2009, y ha ganado 152.000 libras (207.084 dólares). Sierra, que ya había abandonado su alojamiento, se enteró al mediodía del lunes que la belga Greet Minnen se había retirado del torneo y que ella se había quedado con su lugar en el cuadro como «lucky loser» (perdedora con suerte).

Veinte minutos más tarde estaba en la pista para jugar frente la australiana Olivia Gadecki, a la que derrotó por 6-2 y 7-6(8). La sudamericana rompió a llorar y abrazó a su equipo tras quedarse con la victoria. El miércoles, la número 101 del mundo salió a la Pista Uno y silenció a la mayoría de los 12.000 aficionados al derrotar a la británica Katie Boulter por 6-7(7), 6-2 y 6-1.

Ahora chocará con la española Cristina Bucsa (número 102 del mundo), y la extraordinaria aventura en el césped londinense de Sierra, de 21 años, aún podría tener mucho recorrido. «Puede que reserve mi habitación por tres o cuatro días más», dijo Sierra, que entrena en la Rafa Nadal Academy de Mallorca. «Ha sido una locura, la he cambiado tres veces».

Sierra pasó la mañana del lunes entrenando con la canadiense Victoria Mboko, que también entró como «lucky loser» y al igual que la argentina también ganó su partido de primera ronda, con la esperanza de una convocatoria de último momento. Esa resultó ser una decisión muy acertada. «Es un poco una locura, porque yo ya estaba fuera del torneo, y tuve suerte como ‘lucky loser’. Pero sí, estoy súper contenta. Aproveché la oportunidad», dijo tras su triunfo ante Boulter, número 43 del mundo.

Tener tan poco tiempo para preparar su partido de primera ronda fue en realidad una bendición, sostuvo Sierra. «Fue como 15 minutos antes. Sí, no tuve demasiado tiempo. Alcancé a cambiarme, tardamos cinco minutos y luego entré en la cancha. Pero estuvo bien porque no pensé demasiado».

Sierra, que no había ganado ningún partido del circuito sobre hierba antes del lunes, dijo que era una superficie que estaba empezando a disfrutar. Al ser consultada sobre lo que haría con el mayor sueldo de su vida, Sierra dijo que le había echado el ojo a un collar que antes le parecía demasiado caro, pero que primero tenía cosas que hacer. «Sigo en el torneo. Tengo otro partido dentro de dos días; estoy muy contenta, pero quiero seguir», señaló.