“El Gallo” quiere darle al “Chocolatito”
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El mejor saltador de altura de todos los tiempos, abrirá en La Habana un local de música en vivo que se llamará 2,45, la marca en metros de su récord mundial, conseguido en Salamanca y en vigor desde hace 27 años.
Durante su visita al programa La Resistencia, de Movistar, Sotomayor, retirado de la competición desde hace 20 años, reveló, al despedirse, su incursión en el mundo de los negocios: «Voy a abrir en La Habana un local de música en vivo que se va a llamar 2,45», apuntó. Sotomayor se declaró orgulloso de «ser el ser humano que más ha saltado con sus propias piernas sobre un listón», aunque reconoció que en la actualidad, con 53 años, sólo puede saltar «lo que cualquiera de ustedes, más que nada por miedo a una lesión». «Las lesiones, que tuve muchas a lo largo de mi carrera -advirtió-me impidieron saltar más de esos 2,45 metros, y estoy seguro de que un día u otro me van a quitar el récord».
Entre los candidatos mejor situados para sucederle como plusmarquista mundial señala al catarí Mutaz Essa Barshim, el que más se le ha acercado hasta la fecha, con sus 2,43 en 2014. «Hablo con él algunas veces, me manda vídeos. Es el que más cerca ha estado y al que veo con más posibilidades. Si no es él, será otro. Desde 1988 (cuando batió por primera vez el récord mundial) estoy a la espera de que alguien me suceda. Llevo 33 años como recordista y desde entonces vivo con ese orgullo, pero sólo hay una forma de que no me lo quiten: que eliminen el salto de altura», bromeó.
Deseó a Barshim «un buen resultado en los Juegos de Tokio y que gane esa medalla de oro olímpica que le falta». Junto a sus grandes éxitos, Sotomayor recordó también el peor salto de su vida. «Fue en 1966. Atravesaba un mal momento, un día que estaba pésimo y di con la cabeza en el poste que sujeta el listón. Por suerte, no fue un golpe tan fuerte». Cuando llovía sobre la pista, Sotomayor se veía obligado a modificar su técnica. «Tenía que cambiar mi forma de saltar debido a que yo resbalaba mucho porque mis últimos pasos para entrar al listón eran muy largos y en cuanto las condiciones no eran buenas, tenía que cambiar mi técnica», explicó.
Según las cuentas del plusmarquista mundial, «la mayor parte de las veces, más del 50 por ciento, el listón se derriba con el culo». «De hecho, cuando batí el récord mundial (en las pistas del Helmántico, Salamanca) lo rocé con el culo, porque la batida fue muy lejana al listón y en el descenso lo toqué, pero por suerte no cayó. Otras veces lo rozas menos y se va». Curiosamente, el récord mundial absoluto de 2,45 metros no es el que más valora Sotomayor, entre los que obtuvo a lo largo de su carrera. «Salté dos metros por primera vez con 14 años y mi récord más conocido es el 2,45, pero para mí el más difícil fue el mundial cadete, cuando salté 2,33 con 16 años».
A medida que se iba haciendo mayor, Sotomayor tuvo que ir reduciendo el número de pasos de aproximación al listón. «Empecé con nueve, luego bajé a siete y en mi último año, ya con muchos achaques físicos, tuve que reducir la carrera a cinco», señaló. En 1993 Sotomayor recibió el premio Príncipe de Asturias, en dura competencia con leyendas del deporte como Pelé, Michael Jordan, Carl Lewis y Mónica Seles. «Primero me dijeron que estaba entre los nominados pero cuando, el día anterior, me comunicaron los nombres de los otros candidatos me dije: ni pensarlo», confesó. El atleta, nacido el 13 de octubre de 1967 en Limonar, en la provincia de Matanzas, se trajo de Cuba la equipación (camiseta y pantalón) con la que batió el récord del mundo para que sea expuesta en el Museo del Deporte de Madrid.