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El Eintracht alemán prolongó su extraordinaria andadura en la Liga Europa, frustró las pretensiones del West Ham, al que derrotó con una diana del colombiano Rafael Santos Borré, y de paso se tomó una doble revancha hacia la final que tendrá lugar en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán de Sevilla, en la que se enfrentará al Rangers escocés.
El conjunto germano se desquitó de la semifinal perdida hace tres campañas ante el Chelsea en la tanda de penaltis y de la eliminación, también en la penúltima ronda, de la Recopa de 1976, ante el propio West Ham. El verdugo, entre otros equipos, del Betis y el Barcelona, ya había ganado en Londres en la ida por 1-2. Todo le fue de cara en su Deutsche Bank Park salvo la retirada temprana, por un problema muscular, de su zaguero Martin Hinteregger.
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— Tom 🚩 (@Tomunism_) May 5, 2022
Pero el dinámico Eintracht no le dio opción y tan solo nueve minutos después (m.26) el colombiano Rafael Santos Borré inauguró la cuenta de esta vuelta y amplió la ventaja en la eliminatoria, al rematar en solitario un centro desde la derecha de Ansgar Knauff. Le costó digerir el doble mazazo al West Ham, aunque su sobriedad le permitió impedir al equipo germano agrandar la herida y aguardar a cualquier acción que le permitiera mantener opciones de revertir la situación. La tuvo, al borde del descanso, en una acción confusa a balón parado que el defensa francés Kurt Zouma remató como pudo y sacó en la línea de gol su compatriota Evan N’Dicka.
El Eintracht Fráncfort tomó nota de la advertencia. En el segundo periodo optó por el control, por manejar el balón sin correr riesgos. Pese a los intentos de Declan Rice y el español Pablo Forlans, el empeño del West Ham por el orden tampoco le permitió ir de forma descarada a por la remontada. La impotencia del West Ham fue absoluta. Incluso el técnico David Moyes fue expulsado a los 78 minutos por un incidente en la zona de banquillos al dar una patada violenta al balón. No tuvo esta vez el cuadro londinense ni fútbol ni arrestos para ir de verdad a por el partido, aún en inferioridad. Tan solo quiso creer en acciones a balón parado. El Eintracht de Fráncfort manejó sin problemas los últimos minutos y volverá a estar en una final 42 años después de ganar la Copa de la UEFA 1979-80 ante el Borussia Mönchengladbach.
Roma Vs Feyenord por Europa League
El Roma de José Mourinho se clasificó este jueves a la final de Liga Conferencia gracias al solitario tanto del inglés Tammy Abraham, que sentenció en los primeros compases un partido (1-0, 2-1 global) que devuelve a una final europea a la ‘loba’ 31 años después. Salió el Roma dispuesto desde el primer momento a alcanzar una final europea 31 años después, con el recuerdo de la eliminatoria perdida ante el Inter de Milán(2-1). Tardó en carburar el equipo de Mourinho un minuto, el tiempo suficiente para que el Leicester ejecutara un tiro lejano sin peligro, muy lejos de la portería de Rui Patricio.
A partir de aquí, un monólogo para ‘La Loba’ en el primer tiempo. Avisó Pellegrini en el minuto 7 con un disparo de falta que por poco sorprende a Schmeichel al palo corto. El Estadio Olímpico se creció. Smalling remató el córner en la siguiente jugada. El estadio era un clamor. Dominaba la Roma. A la tercera ocasión fue la vencida. El dominio lo materializó Abraham con un testarazo inapelabe a un balón perfectamente botado de ‘Lorenzone’ Pellegrini desde el córner. Nueve minutos y el Roma estaba en la final de Liga Conferencia tras un inicio arrollador. Pellegrini dominó en el centro del campo, arropado por los Abraham, Zaniolo, Smalling, Zalewski u Oliveira, que tenía el complicado papel de hacer de Mkhitaryan, fuera por lesión.
Pudo ser mayor la ventaja si Schmeichel no hubiera sacado otra buena mano a un activo Pellegrini, capitán del conjunto romano. Tuvo un atisbo de desperezo el Leicester a falta de poco para el final del primer acto, pero la posesión no le duró ante un sólido Roma que tapió a Vardy, el peligro ofensivo de los ingleses, con un inconmensurable Smalling atrás. Los ingleses encararon los vestuarios con un total de 0 disparos entre los tres palos y con una única ocasión creada, aquella del primer minuto. El partido estaba donde Mourinho quería. Ya avisó en rueda de prensa que no sabía que partido encontraría, pero que le gustaría uno en el que Rui Patricio no tuviera faena. Trabajo sobresaliente en los primeros 45 minutos.
Salió mejor el Leicester al comienzo del segundo tiempo y, aunque no consiguió una ocasión clara, igualó la contienda en lo táctico y mantuvo el balón con posesiones largas que no pudo tener en la primera mitad. La ‘Loba’ resistió y se encomendó a las salidas rápidas, comandadas por Abraham y Zaniolo, muy aislados y bien sujetos por la defensa inglesa. El partido había dado un vuelco, lo que parecía muy claro en el descanso, ya no lo era tanto. Sin embargo, poco a poco, los hombres de Mou fueron durmiendo el partido, arrebatando el balón a los visitantes y devolviendo el equilibrio al partido. El primer tiro a puerta inglés llegó en el minuto 78, muy centrado, sin poner en apuros la meta defendida por Rui Patricio.
El choque no corrió peligro para los romanos, bien plantados, ni si quiera en los minutos finales cuando, por inercia, el Leicester encerró al Roma con centros laterales y un disparo desde la frontal de Maddison que dejó sin aliento al estadio solo por un segundo. Los ‘tifosi’ celebraron. La grada se entregó tal y como pidió Mourinho en rueda de prensa. Llevaron en volandas a los suyos hasta Tirana (Albania), para disputar la primera final en 31 años, y tuvieron tiempo para dedicarle la más sonora ovación de la noche a Claudio Ranieri, romano y ex entrenador de sendos equipos, campeón de la Premier inglesa con el Leicester. La ‘Loba’ da el do de pecho en Europa y deja a Italia con un representante en una final europea.
Tulipanes después de 20 años
El Feyenoord aguantó el 3-2 del choque de ida de las semifinales de la Liga Conferencia y eliminó al Olympique Marsella tras empatar 0-0 para alcanzar una final europea veinte años después: el Roma de José Murinho será su último obstáculo hacia el título. El equipo neerlandés no disputaba un título continental desde 2002, cuando perdió ante el Real Madrid la Supercopa de Europa. Justo ese mismo año, conquistó la Copa de la UEFA tras superar al Borussia Dortmund. Y, desde entonces, hasta este jueves, el vacío se mantuvo en el tiempo durante un par de décadas.
No lo tuvo fácil. El Feyenoord se las tuvo que ver con un ambiente infernal. El aspecto que presentó Stade Vélodromo dio continuidad a la tensión que precedió a un choque clave para ambos equipos, que con un título europeo podían salvar su errática temporada. Si el día anterior hubo veinte detenidos en los enfrentamientos entre ambas aficiones, 24 horas después de los incidentes, parte de la grada del estadio del Marsella se tiñó de rojo por la enorme cantidad de bengalas que salieron de la nada.También hubo enfrentamientos en las afueras del Velodrome antes del pitido inicial y, para culminar los prolegómenos del choque, un tifo con el mensaje «UEFA Mafia» lució a tamaño gigante antes de la salida de los jugadores al terreno de juego. El Feyenoord, tercero en la Eredivisie sin opciones de ganar el título y con la Copa perdida hace tiempo, tenía una oportunidad de oro para sumar un éxito este curso. Y, además, europeo, aunque fuese en la competición menos importante. Sólo necesitaba aguantar el marcador de la ida.