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Se clasificó por primera vez en su historia a la final de la Copa Suramericana al eliminar al Atlético Mineiro. El encuentro en Quito terminó 2-2 pero en desempate por cobros desde los 12 pasos se impuso 4-3.
Colón de Santa Fe se medirá en la final ante Independiente del Valle que había despachado al Corinthians. La gran final de la otra mitad de la gloria se disputará el 9 de noviembre en Asunción, Paraguay por el título. Franco Di Santo, en el minuto 39, y Yimmy Chará, en el 51′, pusieron en ventaja a un Mineiro que fue muy superior durante buena parte del partido, pero que se durmió en el tramo final y lo acabó pagando caro. Un penal transformado por el ‘Pulguita’ Luis Miguel Rodríguez en el minuto 82 llevó la eliminatoria a la tanda de penales, donde el portero uruguayo Leonardo Burián atajó los lanzamientos de Chará y Rever para clasificar al ‘sabalero’.
En un país y un fútbol tan centralizados en Buenos Aires, la clasificación a final supone la reivindicación del llamado “interior”, es decir toda la Argentina menos su Capital Federal y zona periférica. Colón un club con enorme arraigo popular en la región y 114 años de historia toca el cielo con este cupo a la final contra Independiente del Valle de Ecuador, otro humilde onceno que ya había llegado a una final de Copa Libertadores ante Atlético Nacional de Medellín. En el interior de Argentina, en especial Santa Fe y Córdoba -que se disputan la condición de ser segunda provincia con más habitantes-, provee la mayor cantidad de futbolistas a los clubes grandes de Buenos Aires, a las ligas extranjeras y a la selección nacional, pero rara vez sus equipos salen campeones. Es un fútbol que genera más cracks que títulos.
La otra cara de Argentina
Colón reivindicó al fútbol de Interior con su noche de mayor épica, realzada por cómo y dónde consiguió el acceso a la final de la Sudamericana: en el Mineirao de Belo Horizonte y después de haber estado contra las cuerdas. Al triunfo 2-1 en la ida en su estadio de Santa Fe -coloquialmente llamado Cementerio de los Elefantes porque los santafesinos le ganaron un amistoso al Santos de Pelé en 1964-, Atlético Mineiro reaccionó con un 2-0 parcial como local. El equipo argentino llevó la serie a los penales con un gol de Luis Rodríguez, también desde los 12 pasos, a falta de nueve minutos.
Entre el arquero uruguayo Leonardo Burián, que atajó dos penales, y el propio Rodríguez, que convirtió el último gol de Colón con una imagen infrecuente en este tipo de definiciones, con una sonrisa en el rostro, el fútbol argentino -no sólo el porteño y bonaerense- pasó a tener un representante en la definición de la Copa Sudamericana. Rodríguez, un delantero tucumano de 34 años que en enero pasado llegó a Colón, es tal vez el símbolo perfecto de la reivindicación. No sólo porque lo quieren casi todas las hinchadas del país -es el prototipo del jugador de potrero, pícaro y habilidoso- sino porque construyó toda su carrera en equipos del interior argentino, casi siempre en el Atlético de su provincia, salvo una temporada en Newell’s de Rosario y este año en Colón.