Al tenista ruso solo le faltaba ganar en tierra batida, su superficie enemiga, y el campeón del Abierto de Estados Unidos en 2021, que siempre se ha mostrado reticente con la arcilla, no dejó pasar la gran oportunidad de doctorarse en el Masters 1.000
En Roma ante el danés Holger Rune, una de las promesas del circuito, al que batió en dos sets, por un doble 7-5, tras un intenso intercambio de golpes de casi dos horas llegó la gloria. Después de la tormenta, llegó la calma en Roma. También en el partido, en el que el gran inicio del danés, siempre rebelde, un torbellino en las pistas, fue apagado poco a poco con el sosiego y la frialdad del ruso, que, con más experiencia en grandes finales, se manejó perfectamente para aguantar las embestidas del danés y golpear en el momento perfecto.
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Y eso que no es algo fácil para Medvedev en tierra batida, una superficie que históricamente le ha sido esquiva pero que en Roma se ha convertido en su mejor aliada. Batió a Zverev en octavos y a su ‘amigo’ Tsitsipas en semifinales para acceder a la primera final de su carrera en este suelo. No la dejó escapar el moscovita, que abandonó Roma con un nuevo registro que puede hacer temblar un Roland Garros huérfano sin Rafa Nadal.
Pero la alegría de Medvedev, que ya se visualizaba con su primer trofeo en tierra batida, se esfumó tras otro inicio arrollador de Rune, que materializó un ‘break’ con el que respiró y tomó ventaja (2-0). El problema es que, al igual que en el primer set, después de la tormenta llegó la calma. De nuevo Medvedev, impertérrito ante el arranque de Rune, supo aguantar y gestionar con habilidad el momento de debilidad para hacerse fuerte y devolver el golpe poco después, con tres juegos seguidos que le colocaron por delante de nuevo (3-2).
La inercia positiva de Medvedev hizo temblar a un Rune que se vio, por un instante, incapaz, pero que sacó fuerzas de donde no tenía para conseguir sacar adelante su servicio y celebrar con rabia y alivio a partes iguales el empate a tres que todavía le daba vida. Tanta que devolvió los tres juegos al ruso y se colocó 5-3 arriba, con saque para sentenciar el set.
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La alegría tornó rápidamente en preocupación y desesperación para la joven promesa. Tuvo vértigo el danés en otro momento clave del partido y permitió, con varios errores no forzados, varias bolas largas, que Medvedev se recuperara. Y el moscovita no perdonó. No dejó que Rune, en otro ataque de rebeldía, volviera a quebrarle y salvó una bola de rotura para poner el 6-5 que, como mínimo, le garantizaba el ‘tie-break’.
No hizo falta llegar a ese punto. Rune estaba superado ya por la situación, controlada absolutamente por un Medvedev que se aprovechó de dos bolas de ‘break’ para arrodillarse en la tierra batida, celebrando por primera vez en esta superficie, un doctorado tardío pero que llega en un momento inmejorable, a las puertas del ‘Grand Slam’ más importante de arcilla.
La kazaja Elena Rybakina se proclamó este sábado campeona del WTA 1.000 de Roma debido al abandono de su rival, la ucraniana Anhelina Kalinina, que se vio forzada a retirarse en el segundo set por molestias en su pierna izquierda. Tras un igualado primer set, Rybakina, número 6 del mundo, consiguió reponerse del ‘break’ que sufrió en su primer servicio y quebró dos veces a la ucraniana, que ya mostró signos de molestia, y se llevó la primera manga por 6-4.
Kalinina, la revelación del torneo, intentó seguir pero pidió asistencia cuando perdía también 1-0 en el segundo set y, entre lágrimas, se fue a abrazar con su rival, con quien mantiene además una reconocida buena amistad, certificando su retiro de la final. Era su segundo enfrentamiento en su carrera y el anterior cayó del lado de la ucraniana.
Curiosamente Rybakina ha ganado tres enfrentamientos de los seis que ha disputado en Roma por abandono de su rival. El primero en segunda ronda, ante la rusa Anna Kalinskaya, el segundo en cuartos de final ante la polaca Iga Swiatek, favorita para ganar, y el tercero en la final.
Es el segundo WTA 1.000 que Rybakina levanta en lo que va de temporada después del Indian Wells, pero el primero en tierra batida. La kazaja entrará en el top-5 la próxima semana. Además, Rybakina alcanzó las finales del Abierto Australia y del Masters 1.000 de Miami en la presente temporada; y fue campeona en Wimbledon en 2022.
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