
Aníbal Sánchez, MVP Latino de la MLB
17 junio, 2019
Ucrania, Campeón Mundial Sub-20
17 junio, 2019
El español Fernando Alonso ganó, junto al suizo Sebastien Buemi y al japonés Kazuki Nakajima, el Mundial de Resistencia, al repetir el triunfo de hace un año en las 24 Horas de Le Mans.
Victoria por delante del otro Toyota TS050 Hybrid, el del argentino José María ‘Pechito’ López, que perdió el liderato a menos de una hora para el final a causa de dos pinchazos. El doble campeón mundial asturiano de Fórmula Uno, que había logrado hace un año la primera victoria para Toyota en la prueba de un día más importante del mundo, repitió triunfo en la mítica prueba que concluyó este domingo en el circuito de La Sarthe, en la que a ‘Pechito’ se le escapó el que hubiese sido uno de sus éxitos más importantes, junto al inglés Mike Conway y al nipón Kamui Kobayashi. Alonso y sus compañeros se aprovecharon del infortunio del argentino con el coche 7, que llevaba mejor ritmo que el 8 -el del asturiano- y circulaba hacia una victoria segura cuando sufrió una avería a menos de una hora para la conclusión de una carrera de 24.
El piloto de Río Tercero (Córdoba) había reconocido a Efe el jueves en La Sarthe que firmaba «ya», con los ojos cerrados, «ganar la carrera» y cederle el Mundial al español y a sus compañeros, que afrontaban la última prueba del campeonato con 30 puntos de ventaja y la certeza de que acabar séptimos les garantizaba el título. En una prueba cuyo banderazo de salida dio a las tres de la tarde del sábado la Princesa Charlene de Mónaco, Conway partió desde la ‘pole’ y enseguida puso en cabeza al coche 7; que prácticamente dominó la carrera, sin grandes problemas, de principio a fin. Alonso, que en sus tres tandas completó un total de 133 vueltas durante un tiempo exacto de siete horas, 51 minutos y 17 segundos, relevó a Buemi, que había tomado la salida para el número 8. Nada más bajarse de su primer relevo, de algo más de dos horas y media, en el que se subió con 47 segundos de desventaja y se bajó a 41 -a pesar de verse perjudicado por un ‘full course yellow’ (bandera amarilla en toda la pista) provocado por el Aston Martin de la categoría GTEAm del italiano Francesco Castellaci- Fernando ya indicó que el coche tenía menos ritmo y potencia; y que habría que asegurar el podio que garantizaba el título.
La escudería nipona había certificado el Mundial de constructores en mayo, en las Seis Horas de Spa-Francorchamps (Bélgica), donde Alonso y sus compañeros repitieron triunfo y dejaron virtualmente resuelto a su favor el certamen. Y ahora, pretendía cerrar de forma óptima, desde el punto de vista empresarial, la ‘Súper-temporada’ 2018-19: capturando ambos títulos y con cada uno de sus coches ganando Le Mans. Nada de extrañar, por otra parte, en un Mundial en el que los dos híbridos eran claros favoritos en la principal categoría, la LMP1, permanente marcada por las compensaciones (las ‘equivalencias de tecnología’) que no impidieron que Toyota ganase todas las carreras, salvo las Seis Horas de Silverstone (Inglaterra), donde ambos coches fueron descalificados, por irregularidades en sus fondos planos.